Publicat en El País el 8 de febrer
Los socialistas compartimos con la mayoría de ciudadanos una gran
preocupación por la situación insostenible en la que el Partido Popular
ha colocado a la democracia. Su sistemática negativa a informar de su
gestión ha provocado unas cotas desconocidas de desprestigio de la
acción pública. La sucesión de escándalos de corrupción, —en la
Comunitat Valenciana hay una lista interminable— ahora afecta al corazón
de la dirección del PP y del Gobierno de Rajoy. Es el resultado de la
opacidad, del oscurantismo y de la prepotencia.
Nunca fueron tres trajes. Es el escándalo de la financiación ilegal,
los sobresueldos de decenas de dirigentes populares y la continua
ocultación del contenido de contratos leoninos, que pagamos todos los
valencianos, con la excusa de la confidencialidad. Sí, también son los
opacos sobres que se han venido repartiendo los miembros de su grupo en
las Corts. En definitiva, es una visión dominada por la corrupción del
principio básico de la democracia que es la dación de cuentas a los
ciudadanos: la transparencia.
No es, por tanto, ninguna casualidad que en las Corts una quinta
parte de los diputados populares esté imputado. Es la consecuencia de
utilizar la mayoría parlamentaria obtenida en las urnas como patente de
corso para poner la Administración al servicio de sus intereses
particulares. Lo ocurrido durante el último año en España demuestra que
el comportamiento del PP valenciano no es una excepción: es una
concepción del ejercicio del poder, en donde la victoria en las urnas es
identificada como la justificación para imponer sacrificios sin fin a
los ciudadanos —con el falso argumento de que son la única política
posible—, mientras sus dirigentes mantienen posiciones de privilegio en
medio de un completo oscurantismo.
Es una nueva versión de la ley del embudo, amplio para ellos y
estrecho para todos los demás que destroza la cohesión social y
deteriora gravemente la salud de la democracia. Tanto cohesión como
democracia viva son imprescindibles para una salida justa a la crisis
económica para asegurar el bienestar de nuestros hijos y de los hijos de
nuestros hijos.
Es hora de dejar caer las palabras vacías del Consell de Alberto
Fabra. Es el momento de presentar alternativas que demuestren que hay
una nueva frontera más allá del todo somos iguales. Los socialistas
aspiramos a que la política vuelva a ser el espacio colectivo en donde
se resuelven los problemas de los ciudadanos y que estamos dispuestos a
adoptar las medidas necesarias a cambiar lo necesario para revitalizar
la política. Con autocrítica, pero con la legitimidad de haber venido
luchado por la honestidad, la transparencia, la dación de cuentas y,
sobre todo, la honradez como vectores de la acción política.
Hoy, tras una semana de debates y aportaciones, vamos a presentar un
Contrato con los ciudadanos por la transparencia y contra la corrupción.
Es un compromiso que adoptarán las instituciones en las que tengamos la
responsabilidad de gobernar y todos los militantes del partido. Algunas
medidas exigen cambios legislativos y por tanto requieren las mayorías
parlamentarias suficientes. Defendemos que las normas legales deben
responder a las demandas y exigencias de los ciudadanos, y que los
procedimientos no pueden ser excusas para la inacción.
El carácter obsoleto de las normas no puede convertirse en escudo
protector de la corrupción. Pero hay que actuar más allá de lo
legislativo. El refuerzo de la ética pública no admite dilación.
Estos días hemos debatido y hemos recibido numerosas propuestas
ciudadanas para hacer de la transparencia una realidad política y para
poner todo cortafuegos posible a la corrupción. Un conjunto de medidas
que constituirán nuestro compromiso firme de actuación, tanto en el
ámbito del propio partido, como en las instituciones.
Reconocemos que, dada la situación de nuestro descrédito como
políticos, esto es sólo un primer paso, una primera prueba de nuestra
voluntad de que, con la colaboración de todos los valencianos, con su
tantas veces demostrado dinamismo y capacidad de esfuerzo, podremos
superar, en un plazo breve, la dramática situación en la que nos ha
sumido el Partido Popular por la falta de transparencia, los casos de
corrupción y la patrimonialización de la Generalitat y de las demás
instituciones.
La corrupción es un ataque frontal a nuestros valores éticos, y un
obstáculo para salir de la crisis. Significa más paro y comporta una
insoportable fractura social. Los ciudadanos dejan de creer en las
instituciones y se generaliza la desconfianza social. Los socialistas
valencianos no nos conformamos con esta democracia de baja calidad. Es
urgente una regeneración democrática en profundidad y queremos aportar
en ese sentido, propuestas para mejora de la calidad democrática con
mayor participación de los ciudadanos en las instituciones y en los
partidos políticos y para reforzar los principios éticos y de
transparencia que deben de fundamentar nuestra democracia. Por ello, los
socialistas apostamos por la transparencia, como oxígeno de la
democracia y cortafuegos contra la corrupción.
Ximo Puig es secretario general del PSPV-PSOE